Antes de comenzar a pintar debemos ,por supuesto, haber solucionado cualquier detalle o problema relacionado a lo estructural como alisado de paredes, cubrir agujeros, etc.
Una vez terminado este paso y con las paredes listas para empezar a pintar debemos hacer una selección del color. Para esto nos basaremos en captar la esencia de cada ambiente y crear una idea de lo que queremos mostrar a quien nos visite y a nosotros mismos.
Una buena pregunta para comenzar es: ¿queremos que las paredes se destaquen por si mismas o queremos que sirvan de sostén para realzar muebles u objetos?
En el caso de la primer propuesta es necesario detenerse con más detalle, para el segundo caso el blanco es el tono ideal.
La elección del color es algo absolutamente personal, pero debemos tener en cuenta qué materiales conforman ese ambiente y qué características tienen, de ahi en más podemos comunicarnos con el proveedor para que nos facilite las distintas gamas y tonos disponibles, que ejerzan armonia en el ambiente y a la vez sobresalga, ya que dijimos que ese era nuestro objetivo para este caso.
En zonas de paso o ambientes comunicados quedará mejor un tono neutro.